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Cada año gracias a mi trabajo, tengo la oportunidad de recorres mi departamento entregando regalos a los niños mas pobres de cada localidad, si bien es una actividad gratificante también tengo que decir que me llena de tristeza el hecho de nunca tener suficientes juguetes para dejar satisfechos a todos los que llegan de último.

La Semana pasada estuve con la Primera Dama del Departamento en San Carlos, donde viven las niñas desamparadas en el Hogar de unas monjas regias cuyos nombres no recuerdo, a mi los curas me caen mal, pero las monjas me parecen más verdaderas o por lo menos estas son divinas, porque dan todo por atender estas mocositas que se han quedado sin casa. Luego estuvimos en la Cárcel, ya sabrán en la cárcel hay de todo y la de acá no es la excepción, y es tenaz porque una de las presas tenia un hijo y debe ser muy feo crecer en una cárcel y tener una mama mala.

Esa misma tarde fuimos al Centro de Orientación Juvenil, allí hay un culicagaito de 10 años que se llama como yo y según él me conoce, eso me afectó y también el hecho de pensar que toda esa mano de niños pasará la navidad sin sus familias, hay melancolía en los ojos de los más grandecitos y los pequeñitos todavía no se enteran muy bien.

El viernes estuve en Pueblo Nuevo y La Apartada, mucha pobreza en esos dos pueblos, más en la Apartada que en el otro y a pesar de llevar artas cosas, nunca alcanzan los regalos, ahora salgo para Canalete, vamos a ver como me va.