Doña Berta es una de esas señoras que llegan a la oficina a vender ropa interios, electrodomesticos, adornos y productos varios para el hogar, todo de catalogo. Desde que comence a trabajar la veo casi dos veces por mes cuando viene a recoger la plata y que le deben y entregar la mercancía. Cada visita de la señora Berta es un pequeño acontecimiento para el undergraund de la oficina, todas las señoras del aseo y servicios varios y uno que otro colao, se encierran en el cafetín a escuchar las historias que casi siempre tiene que ver con sexo y tradiciones del pasado.
El Otro día llegó a la oficina –Voy a decirle a mayo que me regale un tinto- dijo doña Berta y procede a gritar: - Doña Mayo, regáleme un tintico- (EL cafetín esta separado de mi oficina por una pared falsa de esas modulares). Mi compañera le comenta – Cuidado la repela doña Mayo, que ella pasa amargada-, a lo que Berta responde magistralmente:
“Lo que pasa es que ella es señorita, nunca ha tenido marido y nunca lo va a tener. Nosotras las mujeres tenemos una cosa en el rabo, en la parte de arriba de las nalgas, el almizcle, eso hace que las mujeres le gustemos a los hombres y nos enamoren y nos paren bolas, hay mujeres que nacen sin eso y por más bonitas que sean nunca consiguen marido. Eso es lo que le pasa a doña Mayo, no tiene almizcle en el yuyo y por eso nunca tuvo marido y claro, pasa amargada.”
El Otro día llegó a la oficina –Voy a decirle a mayo que me regale un tinto- dijo doña Berta y procede a gritar: - Doña Mayo, regáleme un tintico- (EL cafetín esta separado de mi oficina por una pared falsa de esas modulares). Mi compañera le comenta – Cuidado la repela doña Mayo, que ella pasa amargada-, a lo que Berta responde magistralmente:
“Lo que pasa es que ella es señorita, nunca ha tenido marido y nunca lo va a tener. Nosotras las mujeres tenemos una cosa en el rabo, en la parte de arriba de las nalgas, el almizcle, eso hace que las mujeres le gustemos a los hombres y nos enamoren y nos paren bolas, hay mujeres que nacen sin eso y por más bonitas que sean nunca consiguen marido. Eso es lo que le pasa a doña Mayo, no tiene almizcle en el yuyo y por eso nunca tuvo marido y claro, pasa amargada.”
2 comentarios:
Pues, de alguna manera si es verdad es que ella plantea, dio, unas saben como hacerle y otras no, las que tienen el almizcle y las que no. jejeje graciosa anecdota.
Ahora que lo recuerdo... Quizas el gran Jean Baptiste Grenouille se haya fijado en el aroma proveniente del yuyu...
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